Abbot y Costello

Ubicado en la 13 con 65, en un callejón sucio y oscuro, rodeado de moteles, reservados y locales de streeptease , emerge este extraño lugar, Abbot y Costello, como salido de una mala película de horror o de un video de los 80s.
Ultima isla para los dinosaurios rockeros, para los desencantados del techno, o simplemente para los que no tienen un mejor plan en la vida. La llegada es por transmilenio, por la once o por la séptima; se pagan 8000 pesos (Todos consumibles!) y se entra en un reino de música y destrucción.

Conocí el lugar hace año y medio por intermedio del Doctor Barbarie (cliente asiduo) y me encanto desde el primer segundo, como amor a primera vista. Sabía que había encontrado mi territorio y una de las pocos sitios de Bogotá que no merecía ser erradicado para siempre. Por lo general llegamos a las 10 cuando hay poca gente, pero el sitio termina por llenarse como a media noche. Todo comienza generalmente con algo de AC / DC, o de Led Zeppelín, luego suena Sympathy for the devil y Breaking the Law de Judas Priest. Cada minuto que paso estoy mas animado, cosa que no ocurre con frecuencia. Lo bueno es que no ponen únicamente blues rock o Metal. He podido escuchar alguna vez en este sitio, a Billy Joel, Elvis, Chuck Berry, Santana (!) y obviamente James Brown. La música no es la única parte del ritual; siempre he pensado que el buen rock solo se disfruta con algún tipo de droga (en mi caso cerveza): el alcohol y la música son uno solo en estos casos. Joan Jett canta " I hate myself for loving you"… el fantasma de lady X se desliza por el auditorio, como un homenaje al rencor y la venganza.


Media noche. Suena Fear of the Dark, del concierto de Maiden en Rio. "I am a man who walks alone"... hay un estallido de la guitarras y de baterias y me resulta imposible hacerle comprender a la gente por que me gusta tanto esta canción, que para mi es como el himno de Abbot. Es la una y cuarto y suena Rock Lobster a todo dar. Entretanto la gente esta más animada. Besos furtivos (!) y no tan furtivos... Las niñas lindas bailan en grupo junto a la pantalla. Los chicos solitarios observan.



Suena Antisocial de Anthrax. Pienso entonces que Abbot y Costello es mi Woodstock, es mi "viaje", es la música convirtiéndose en un todo que volatiliza los pesares y las esperanzas. Puede ser eso o son los 3 litros de cerveza que ya tengo encima. Pero no importa nada. Todo está en la cabeza.
Comienzan a irse las parejas de todos los tipos; la noche aun promete nuevos excesos. Los borrachos empiezan a trastabillar y a decir incoherencias. Sus acompañantes, mueven la cabezas avergonzados; " Pobre tipo, está como endemoniado."

Son las 2 y media llega el taxi. No quiero emerger de la caverna pero debo plegarme a la "voluntad colectiva". Afuera Bogotá es un ciudad sucia y negra, donde los escuadrones de la muerte van descargando sus ráfagas al compás del reggaetton . Uno que otro gomelo muere asesinado al salir de "Andrés". Una mujercita gótica, que se cree vampira muerde a los peatones por la calle. Esperamos que sea ajusticiada en Arkham.

No quiero regresar a ese mundo falso que tanto discuten en los blogs serios, ese mundo de Pastrana Embajador, de Uribe mi gran presidente, del terrorismo o de los terroristas... Es inútil, ya estamos de vuelta en el mundo de SOHO y la canción protesta, en el mundo de Mancuso y de Juanes...

Es hora de escribir un nuevo post.