lunes, marzo 22, 2010

leaders of men

Ashcroft y su estúpida cresta.
Una cresta alguna vez teñida de rojo. Era el periodo punk de San Ashcroft de la divina tristeza, poco antes de conocer a Narnya,  de idealizar a Narnya tras 5 cervezas y algunas palabras tartamudas que no tuvieron más que el desprecio por respuesta.

Las cosas son extrañas en este mundo, conoces una chica que no te pone atención por que se desvive por metaleritos imbéciles que creen que Iron Maiden es la última palabra en el rock y 3 años despues estas rellenando cada una de las concavidades de esa mujer de forma indiferente, a ratos, mientras piensas en un libro, y se te pasa el dolor de cabeza.
 
 Ashcroft y Narnya son ahora un binomio inseparable, un núcleo atómico preciso en el que las mañanas y los atardeceres solo definen unas cordenadas espacio temporales imprecisas. Es mejor jugar al universo corporativo underground que perseverar en las crestas rojas solitarias del maldito mundo postadolescente o no ashcroft?
Narnya una chica delgada y alta, con peinado a lo Lain. Puedo pensar en sus diseños muy a lo Tamara de Lempicka con algo de Trevor Brown en los bordes. Narnya, igualmente me diste una mirada indiferente, luego fue desprecio automático y no mutuo. Soy un paramecio incapaz de tocar los mares de ese mundo surreal al que llamas arte postmoderno.  Ahora haces instalaciones y performances varios en una galeria de Chapinero? La gracia del Dios Corporativo también se desliza en tu mundo Narnya.

Ashcroft, Narnya, personajes de un mundo paralelo, simplista, mediocre al que conocí una noche caminando por la septima con 72, mientras hermosos homosexuales unian sus lenguas en un Pub y los edificios de la bolsa se alzaban imponentes como una victoria de samotracia postapocaliptica. Ahh. Ashcroft, debes saber que la poesía rebelde ya ha agotado sus cartuchos. Has de saber que el más miserable y proscrito de los chicos underground se halla rodeado de cientos de followers que imitan el menor de sus gestos en facebook, o en twitter. Ashcroft tu también has hecho escuela, lo mismo que cientos de Poetas Malditos antes que tú.

Podríamos contarles historias de hadas a nuestros chicos, pero es más cómodo enumerar para ellos las categorias deleuzianas sobre el placer o la parodia del Neutrón Triste. Alguien soberbio como Ashcroft no debería involucrarse en las modas chauvinistas del twitter o del formspring, sino lanzarce de lleno a explorar las metaposibilidades cósmicas, y las implicaciones trascendentales del Posthumano. Pero nuevamente las cosas no son así. Habría que inventar un universo paralelo, o al menos un mundo despojado de aquellas villanías.

Letras moradas invaden el mundo negro, una nueva versión de la plantilla en lenguaje HTML. El ashcroft que yo invento es una de esas letras moradas insignificantes, mucho menos versatil que el Ashcroft vivo, que respira en el universo de la realidad Objetiva. Narnya igual, desconocida para mí eternamente. Una chica tan hermosa como las de SKINS, con mallas romboidales sobre sus muslos, mitones negros de terciopelo y labios oscuros. 

La estacion espacial internacional toma fotos milimetricas del trasero de Narnya mientras se consume en los abrazos del Ashcroft de uno de mis mundos inventados. beben cerveza, aspiran unas cuantas rayas, luego discuten sobre alguna estúpida conclusión de Heidegger, un trazo de Bocionni, una fotografía de Witkins. Estupideces de ese estilo. Luego miran por la ventana una de las tantas estrellas de la constelación de Tauro (aldebaran quizas) y si estamos en Octubre se deleitaran con Alphekka, sobre la que orbitan supertierras y gigantes gaseosos, en la que los posthumanos llenaran tardes de ocio deleitandose con el Sudoku del siglo XXVII.

En la estación espacial, un cosmonauta se masturba mirando las fotos de Narnya, sus senos blancos y pequeños, sus largos brazos, su delicada cabellera. Una nebulosa a 5000 años luz desprende sus gases iridiscentes a travez de un brazo galáctico. Comienza a formarse un nuevo sistema planetario mientras gotas blancas caen sobre la fotografia y los senos de Narnya abajo en la Tierra. Ashcroft y cosmonauta saciados vuelven a sus meditaciones. El Fua se quema en la garganta. Los edificios corporativos enmudecen.
Narnya se viste, toma su bolso. Baja los 7 pisos del apartamento de Ashcroft.

En el mundo real eso es lo que llamarías amor.

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