Al amanecer
no existe la luz,
o el sonido de la tierra
Hastiado de todo divago
por montes efímeros
de viento y de bruma
por pozos salpicados de nada
y enfermedad
la soledad es un exilio virtuoso
en los recuerdos
desentierro palabras
sangrantes
y espero inerme
la voluntad
de Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario